Apellidarse Matte hoy
- Cristina Goyeneche
- 20 dic 2016
- 2 Min. de lectura

Tras conocerse la segunda colusión llevada a cabo (conscientemente) por la empresa CMPC en otra de las industrias que lidera, en este caso la de los pañales, pone en un complejo escenario a sus estrategas comunicacionales. La sola noticia no sólo tendrá una repercusión cortoplacista en el precio de las acciones de la compañía. En el mediano y largo plazo tendrá efectos profundos en la marca “Matte”. En la era de la hiper conectividad e hiper sensibilidad (ayer al empresario Andrónico Luksic lo golpearon en la calle, a la salida de Tribunales por mucho menos), enfrentar comunicacionalmente conflictos de este tipo generan un tremendo desafío.
Cuando se comete un error y hay consciencia de ello existe solo un camino a tomar: dar la cara rapidísimo, explicar los hechos en detalle y tomar (publicitadamente!) todas las medidas legales, administrativas, políticas que sean necesarias. Lo hizo Eliodoro Matte dos veces en El Mercurio tas la primera colusión, la del tissue, cuando a la empresa no le quedó más que acogerse a la delación compensada ante el peso de los hechos y la contundencia de las pruebas, que incluían computadores navegando por el Río Mapocho. Eliodoro Matte dio la cara, luego salió contando sus malos días a raíz del hecho y renunció a la presidencia del directorio de la compañía. "Quiero pedirles perdón no solamente a los empresarios, sino en especial a los consumidores y colaboradores" fue el titular de el 15 de noviembre del 2015.

Pero, qué se hace cuando el mismo error se comete (y se oculta y se conoce) otra vez. Ciertamente pedir perdón ya queda fuera de lugar.
¿Salir del negocio? …esta historia recién está empezando.
Ciertamente, para la familia Matte, desde hoy no será tarea sencilla salir a la calle.
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